Durante las últimas décadas estamos viviendo una auténtica revolución tecnológica y digital que aporta grandes avances en la comunicación y el manejo de la información, pero que a su vez, conlleva una serie de riesgos. Entre estos, el desarrollo de conductas abusivas por parte de los jóvenes.
Según datos del Plan Nacional Sobre Drogas, el 97% de los menores entre 14 y 18 años utiliza internet como medio de ocio, siendo un 23,5% los que realizan un uso compulsivo.
¿Por qué pasamos tanto tiempo en redes sociales?
El modo en el que funcionan las redes sociales provoca que queramos seguir accediendo a su contenido. Utilizan estrategias como por ejemplo la consecución de vídeos con tan solo abrir la aplicación. Cada vídeo e imagen genera un cambio en los neurotransmisores de nuestro cerebro, generando bienestar y curiosidad por seguir viendo más sin ni siquiera tener que hacer clic en la pantalla. Los algoritmos conocen nuestros gustos e intereses, y de este modo el contenido que nos aparece es precisamente el que nos atrae. Ante la suposición de que siempre puede haber algo más, y comprobando efectivamente que lo que vemos nos gusta, seguimos en la red social, pasando mucho más tiempo del que teníamos previsto.
Otro de los motivos es el efecto psicológico que tiene en nosotros la opción de conseguir más seguidores, del mismo modo que sucede con los “me gusta”, los comentarios o las interacciones. Existe evidencia científica que demuestra que cuando conseguimos seguidores o “me gusta”, es decir, cuando conseguimos esas recompensas positivas, segregamos dopamina y esto hace que nos sintamos felices, y que por tanto, queramos más. Pero esto también tiene un lado negativo, ya que cuando perdemos seguidores o no recibimos “me gusta” sucede lo contrario. Nos sentimos mal, no reconocidos o queridos, y esto genera un gran malestar. Esto tiene un gran impacto en la autoestima y el estado del ánimo de los más jóvenes debido al momento evolutivo en el que se encuentran en el que es esencial la pertenencia al grupo.
¿Qué consecuencias tiene esto sobre nuestra salud mental?
Las redes sociales tienen características muy positivas como el acceso a la información o la posibilidad de estar en contacto con otros, pero un uso inadecuado tiene consecuencias negativas en nuestra salud mental, especialmente en los más jóvenes. Por un lado, observamos un impacto negativo en su comportamiento puesto que las redes sociales limitan su interacción con el entorno provocando que no aprendan ciertas habilidades o competencias necesarias para su futuro, fomentando por el contrario la impulsividad y la cultura de la inmediatez. También la necesidad de estar conectados y disponibles en cualquier momento, el miedo a perderse algo si se deja de utilizar el móvil debido a la velocidad a la que se genera contenido, o la necesidad de atender varios contenidos al mismo tiempo. Situaciones que provocan una mayor probabilidad de desarrollar elevados niveles de estrés.
Por otro lado, las redes sociales favorecen la comparación con otros. Este es uno de los aspectos que más preocupan a los profesionales. Los jóvenes no están preparados para diferenciar entre lo que es real de lo que no lo es, lo que provoca que se comparen con fotografías cuidadosamente editadas y elevados niveles de vida que con frecuencia no responden a la realidad, generando gran frustración y ansiedad por no poder alcanzar lo que ven.
Regulación del uso de redes sociales entre los más jóvenes
En los últimos años se ha producido un debate sobre el uso inadecuado de las redes y el impacto que estas tienen en el desarrollo de los más jóvenes. También hemos visto en los últimos meses cómo las administraciones españolas y europeas han estudiado la posibilidad de limitar algunos de los elementos más peligrosos de las redes sociales. Proteger a los jóvenes, y prevenir trastornos adictivos y de salud mental, es necesario.
La formación e información es el recurso que tenemos para acompañarles, para que puedan entender el contenido que consumen, diferenciar entre realidad y ficción, y que seamos capaces de establecer unas pautas acordes a su edad.
En Proyecto Hombre trabajamos la prevención y el tratamiento del uso inadecuado de pantallas. Podemos asesorarte e informarte para que puedas acompañar a tus hijos/as en este reto. Desde el servicio de asesoramiento y tratamiento a menores, jóvenes y sus familias, abordaremos tus dudas. Si crees que necesitas asesoramiento, llama al 638.15.53.83 o 91.542.02.71, o escribe un correo electrónico a info@proyectohombremadrid.org.