¿Pasa algo por tomarme una benzodiacepina cuando estoy nerviosa?

junio 24

Las benzodiacepinas son un fármaco que siempre necesita supervisión y prescripción médica.

Decidir consumir estas sustancias en base a un criterio propio, sin supervisión profesional, no es adecuado ni recomendable. Consumir benzodiacepinas de este modo, lleva asociado muchos riesgos ya que se trata de un medicamento que puede generar intoxicaciones graves y problemas de dependencia.

Es importante saber que las benzodiacepinas son fármacos con efecto ansiolítico, antiepiléptico, hipnótico y relajante muscular. Son medicamentos eficaces para esos fines, pero su uso tiene unos riesgos asociados que, como comentábamos anteriormente, hacen imprescindible la supervisión y la prescripción por parte de un profesional.

Las benzodiacepinas se utilizan como tratamiento de diversas afecciones:

  • Ansiedad generalizada.
  • Insomnio.
  • Fobias.
  • Trastorno obsesivo compulsivo.
  • Trastornos afectivos.
  • Esquizofrenia.
  • Ciertas urgencias psiquiátricas, como la agitación psicomotriz, el estrés ambiental o los trastornos de la personalidad.
  • Delirium tremens (estado provocado por la restricción de alcohol) para prevenir la agitación y las crisis convulsivas.

Aunque son medicamentos útiles y muy eficaces para ciertos usos, conllevan riesgos asociados que tienen que ver, entre otros, con su efecto depresor del sistema nervioso como por ejemplo:

  • Somnolencia.
  • Dificultades en la atención.
  • Problemas de memoria.
  • Dificultades de concentración.
  • En general, impactan en las funciones cognitivas, quedando alterado el pensamiento, la capacidad de resolución de problemas, dificultad para planificar y organizar, una menor capacidad de aprendizaje, etc.
  • Mayor incidencia de accidentes, caídas, etc.

Es importante saber que en situaciones de sobredosis, pueden incluso provocar depresión respiratoria llevando a la muerte.

Una de las principales consecuencias de realizar un uso inadecuado de benzodiacepinas es el desarrollo de una dependencia o adicción. Las encuestas realizadas por el Plan Nacional Sobre Drogas nos muestran que las benzodiacepinas, tras el tabaco y el alcohol, son la tercera sustancia que más problemas de abuso y adicción generan en España en la actualidad.

Este informe refleja que el 9,7% de la población española (15 – 64 años) ha consumido benzodiacepinas con o sin receta en los últimos 30 días, mientras que el 7,2% lo hace de manera diaria. Así mismo, indica que el 3,6% afirma haber consumido benzodiacepinas alguna vez en su vida sin receta.   

Otro dato importante a tener en cuenta, y que explica los problemas de dependencia que el mal uso de estos fármacos genera, es el hecho de que España es el país del mundo con mayor consumo de benzodiacepinas según datos de la JIFE (Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes). Se estima que en 2020 se consumieron en España casi 110 dosis diarias por cada 1.000 habitantes. Sólo Bélgica (84 dosis diarias) y Portugal (80) se acercan a las cifras de España, de las que quedan muy lejos países geográficamente cercanos como por ejemplo Alemania (0,04 dosis diarias).

Parece que en los últimos años se está tendiendo a una medicalización de la vida que ha provocado que muchas circunstancias que no son patológicas, sino situaciones vitales o de la vida cotidiana, sean etiquetadas erróneamente como trastornos de ansiedad o insomnio. Por este motivo, se acaba tratando con psicofármacos en vez de recurrir a una intervención no farmacológica como la intervención médica o psicológica.

Vivimos en una sociedad competitiva y estresante en la que debemos sostener rutinas que exigen mantenerse al límite del rendimiento sin angustia y sin claudicaciones. En este contexto, a muchos les cuesta enfrentarse a los problemas cotidianos y recurren a la química para desconectar, mitigar la ansiedad o dormir. Estas soluciones cortoplacistas, además de no solucionar el problema e impedir que desarrollemos competencias propias para manejar situaciones cotidianas, pueden llevarnos a generar problemas de dependencia.

Antes de plantearte tomar una benzodiacepina, analiza si lo que sientes es algo normal o adaptativo, o si en cambio es algo recurrente o demasiado común en tu vida. En ninguno de los casos es una buena decisión automedicarse, pero si consideras que puedes tener un problema que no puedes gestionar solo, pide ayuda profesional.

Si tienes dudas sobre si presentas o podrías presentar un consumo problemático de benzodiacepinas, o consideras que algún familiar o conocido podría tenerlo, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Así mismo, si crees que tu situación actual te supera, que no eres capaz de gestionar lo que te ocurre tú solo o sola, y que necesitas ayuda profesional, pídenos ayuda. Te atenderemos en los teléfonos 638.15.53.83 y 91.542.02.71, y en el correo electrónico info@proyectohombremadrid.org.

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