Existen diferentes variables que pueden favorecer la recuperación de una persona con problemas de adicción. Una de ellas es el acompañamiento por parte de alguna persona cercana, ya sea familia, amigos, pareja… Con frecuencia, estas personas que acompañan estos procesos se preguntan cuál es la mejor manera de ejercer esa función.
Responder a esta pregunta no es sencillo ya que depende de varios ejes.
El primero de ellos sería el MOMENTO DE CONCIENCIA DE PROBLEMA en el que se encuentra la persona a la que acompañamos y que presenta el problema de adicción. Dentro de ese eje nos podemos encontrar con diferentes fases:
- Fase de precontemplación – Se puede dar el caso de que la persona que acompañamos no sea consciente de su problema. Es decir, que no crea que el problema de adicción le esté afectando y niegue la necesidad de realizar cambios. En estos casos, nuestra labor como acompañantes puede ser muy frustrante al entrar en conflicto nuestras expectativas con su falta de motivación. Es importante que en estos casos incidamos en generar conciencia de problema, es decir, que le hagamos ver que quizá existe un problema donde él o ella no lo ve. Una forma de hacerlo es poniéndole ejemplos concretos, confrontándole con la realidad.
- Fase de contemplación – Hay otros casos en los que empieza a existir cierta conciencia de problema. Es decir, la persona adicta empieza a valorar que existe un problema aunque todavía no haya hecho nada para remediarlo. En estos momentos es importante la función del acompañante para reforzar la idea de la necesidad de promover un cambio e insistir en la necesidad de pedir ayuda profesional para revertir la situación.
- Fase de mantenimiento – La persona adictiva ya ha logrado hacer frente a sus problemas y está logrando cambiar los factores que le llevaban a la conducta adictiva. En esta fase serán importantes algunos comportamientos por nuestra parte:
-Reforzar los cambios conseguidos en su conducta adictiva.
-Ayudarle a mantenerlos poniendo énfasis en lo positivo de los cambios.
-Entender la dificultad del mantenimiento de la abstinencia.
-Entender las dudas que le puedan surgir.
-Escuchar y empatizar.
- Recaída – Si nos toca acompañar un proceso de recaída será de ayuda motivarle a volver a retomar los cambios conseguidos. Es importante que incidamos en que la recaída es reversible y señalemos que previamente ya ha logrado afrontar estos problemas con éxito. Tenemos que entender que las recaídas a veces son necesarias y forman parte del proceso de cambio para afianzar y dar más sentido y estructura a la transformación.
Nuestra capacidad de escucha y empatía serán muy importantes. Ayudar a la persona que presenta adicción a responsabilizarse de su problema y activarse en su recuperación será fundamental. No se trata de resolverle problemas sino de ayudarle a que se haga cargo de ellos. Confiar en sus capacidades y reforzar los cambios que realice, le ayudará.
El segundo de los ejes será la EDAD Y GRADO DE AUTONOMÍA de la persona. No será lo mismo acompañar un proceso adictivo de alguien menor de edad o adolescente que depende todavía de sus padres o tutores, que hacerlo con una persona ya adulta. En el caso de menores o adolescentes la labor del adulto que les acompaña en estos procesos tiene que ir orientada, en la gran mayoría de los casos, a generar conciencia de problema porque a estas edades se tiende a minusvalorar estas situaciones y a creer que hay un mayor autocontrol del que en realidad existe. La labor de la familia en estos casos será fundamental como parte de la solución. Revisar nuestra forma de comunicarnos el manejo de las normas y los límites con nuestros hijos e hijas, y adecuar las normas a sus necesidades serán herramientas que aceleren y consoliden los procesos de cambio.
Debemos tener en cuenta, que durante estos procesos, con frecuencia, los acompañantes se sienten frustrados o impotentes al no saber cómo ayudar. Es normal que esto suceda debido a la complejidad de los procesos relacionados con las adicciones. Entender nuestros límites en estos procesos será de ayuda para poder encajar estos bloqueos y poder seguir siendo útiles a la persona que queremos acompañar. Por todo ello, es importante entender que no solo la persona que presenta adicción necesita ayuda profesional. También es importante que las personas que acompañan estos procesos de cambio puedan CONTAR CON ASESORAMIENTO DE PROFESIONALES que les permita entender mejor qué le sucede a la persona con adicción y cuáles son las fases que está viviendo, aprender pautas para acompañarle de una manera más óptima y guiada, y resolver todas las dudas que les puedan surgir.
En Proyecto Hombre Madrid contamos con un servicio de asesoramiento y orientación familiar dirigido a ayudar y guiar a las personas que acompañan el proceso de recuperación de una persona con adicción. Si necesitas más información, llámanos al 638155383 / 915420271 o escríbenos un correo electrónico a info@proyectohombremadrid.org.