Alcohol

«Tengo 60 años y llevo más de veinte años con problemas con el alcohol. Llevo toda la vida trabajando en la administración. Me casé joven, tuve una hija y poco a poco mi marido comenzó a maltratarme, principalmente de manera psicológica. De eso fui consciente posteriormente. Con 40 años decidí separarme, una vez que mi hija era mayor. Mis problemas con el alcohol arrancan a partir de la separación. Bebía cerveza a mediodía y whisky por la tarde. Hoy considero que este problema viene por todo el sufrimiento y el daño emocional que he tenido. He estado en varios tratamientos, he recaído varias veces. Una amiga me habló de Proyecto Hombre Madrid y decidí acceder a su programa. Estoy muy contenta en este tratamiento. Ahora mismo llevo un año abstinente», testimonio anónimo paciente Proyecto Hombre Madrid.

«La primera vez que probé el alcohol tenía 13 años. No tengo padre, mi madre trabajaba todo el día y me crió mi abuela. Comencé a trabajar joven. Salía los fines de semana con los amigos, nos emborrachábamos y en esa época en alguna ocasión consumíamos cocaína. Mi trabajo es de comercial, trabajo mucho en la calle, reuniones con clientes, comidas… donde el alcohol siempre está presente. Vivo con mi pareja y los fines de semana bebía bastante cerveza, muchas de ellas a escondidas para que ella no se diera cuenta. Así estuve hasta que un día me dio una pancreatitis. He estado un mes hospitalizado y fue entonces cuando decidí ponerme en tratamiento. Ojalá hubiera tomado la decisión antes», testimonio anónimo paciente Proyecto Hombre Madrid.

«Yo siempre he bebido. Me acuerdo de adolescente ir con mi madre y sus novios a restaurantes, y que me animaran a tomar una cerveza. Para mí beber ha sido lo normal en mi vida, sin darle mayor importancia. Bebía dos botellas de vino al día, una en la comida y otra en la cena, y cuando alternaba tomaba también alguna cerveza. Así hasta los 61 años que tengo actualmente. Mi mujer lleva tiempo sin soportar verme abrir una botella de vino y siempre me dice que tengo que dejar de beber. No soy una persona agresiva, pero es verdad que me comportaba de forma más intolerante y me alteraba con facilidad. Decido dejar de beber cuando el médico me dijo que o dejaba de beber o el hígado no iba a aguantar mucho más», testimonio anónimo paciente Proyecto Hombre Madrid.

«Comencé a beber de manera social con mi marido cuando salíamos los fines de semana, lo que se dice bebedora social. Nos casamos jóvenes, tuvimos dos hijas a las que yo criaba porque no trabajaba fuera de casa. Pasaron los años, mis hijas crecieron y se independizaron, y yo pasaba la mayor parte del día sola en casa. Visto desde la perspectiva de hoy, me deprimí. Comencé a beber alguna cerveza en casa porque me animaba a hacer las tareas domésticas. Así pasó el tiempo hasta que ya no era una, perdí el control. Mi marido llegaba a casa  y se daba cuenta de que había bebido, pero yo lo negaba. Me encontraba latas de cerveza  escondidas en los armarios, latas vacías debajo del sillón, etc. Tras una reunión familiar con mis hijas y mi marido, donde me presionaron para que hiciera algo para dejar de beber, decidí dar el paso. Gracias a Proyecto Hombre Madrid he recuperado mi vida», testimonio anónimo paciente Proyecto Hombre Madrid.

«Mi primer contacto con el alcohol fue a los 16 años, cuando un amigo me invitó a su casa a dormir, porque no estaban sus padres. Bebimos whisky y esa fue mi primera borrachera. A partir de entonces el alcohol siempre ha estado presente en mi vida hasta este momento, con diferente intensidad. ¿Por qué inicie tratamiento? Por el ultimátum que me dio mi pareja: o el alcohol o la familia. La verdad es que visto desde la perspectiva actual, cuando estás metido en ese mundo no eres consciente de la gran repercusión que tu problema tiene para los demás. Hoy estoy encantado de haberlo dejado»,  testimonio anónimo paciente Proyecto Hombre Madrid.